Desmintiendo al huevo (7 mitos y sus realidades)

En el desayuno, revueltos o estrellados. En la comida, sobre el arroz. En la ensalada, bien cocido. Y sin notarlo, está presente en salsas, pastas, panes… por todo ello, vale la pena conocer lo que se oculta dentro de un huevo. ¡Hoy hablamos de 7 mitos famosos y sus realidades!

MITO 1. Los huevos orgánicos son más nutritivos que los de producción industrial

REALIDAD: Nutrimentalmente los huevos orgánicos y los de producción industrial son prácticamente iguales. Entonces, ¿qué beneficios adquieres cuando compras huevos orgánicos? Podrás estar seguro que se trata de un producto libre de organismos genéticamente modificados (transgénicos), metales pesados y plaguicidas, antibióticos, pigmentos, hormonas…Además, estás apoyando a empresas que han decidido tener un trato más humano hacia los animales y el medio ambiente.

MITO 2. Los huevos de cáscara roja son más nutritivos que los blancos

REALIDAD: El color de los huevos no está relacionado con su aporte nutrimental, calidad o sabor, sino con la raza de la gallina. El sabor y aporte nutrimental dependen más de la alimentación de la gallina.

MITO 3. Entre más naranja sea la yema, más nutritivo y de mejor calidad es el huevo

REALIDAD: Contrario a lo que muchos piensan, éste no es un indicador de qué tan nutritivo o fresco es el huevo. Su color varía dependiendo del número de carotenoides presentes en la dieta de las gallinas. Como podrás imaginar, muchos productores manipulan la alimentación de las aves para ofrecer una coloración más agradable en sus productos, pero no por ello más nutritiva.

MITO 4. El huevo crudo aporta más proteína que el huevo cocido por lo que se recomienda agregarlo a tus licuados si no tienes tiempo de tomar un desayuno completo

REALIDAD: Además de falso, es peligroso. El consumo de huevo crudo aumenta el riesgo de contraer salmonelosis, freír o hervir los huevos son formas de eliminar a la bacteria (salmonela). En cuanto al aspecto nutrimental, el huevo crudo contiene una proteína llamada avidina que impide la absorción de una vitamina del complejo B (biotina).

MITO 5. Comer el cascarón de huevo molido es una forma de integrar calcio a nuestra dieta

REALIDAD: A pesar de que la cáscara contiene un alto porcentaje en calcio, su consumo puede resultar perjudicial. Además de ser una posible fuente de salmonelosis, el cascarón triturado puede provocarnos lesiones gastrointestinales, por otro lado, no existe forma en la que el cuerpo aproveche el calcio que contiene, por lo que no se recomienda por ningún motivo.

MITO 6. Comer sólo las claras de huevo es lo ideal si tu objetivo es perder peso

REALIDAD: Tanto la clara como la yema del huevo tienen un aporte reducido de calorías, de hecho una pieza de huevo completo aporta sólo 80 kcal. Además, en la yema se encuentran prácticamente todas las vitaminas y minerales; es fuente de vitaminas B (B1, B2, niacina, biotina, ácido pantoténico y B12), A, E, K, D y colina. También aporta minerales como el hierro, zinc, selenio, potasio, fósforo, cobre, magnesio, molibdeno y yodo.

MITO 7. Se debe evitar el consumo de huevo debido a su alto índice de colesterol

REALIDAD: Contrario a la creencia popular, no existe ningún estudio científico que haya establecido una relación causa-efecto entre el consumo de huevo y el aumento de colesterol total en sangre. Tampoco existen pruebas de que a mayor consumo de huevo, aumente la posibilidad de sufrir un problema cardiaco. Lo que sí se ha comprado es que alimentos altos en colesterol, pero bajos en grasa saturada (como es el caso del huevo y los mariscos), no afectan negativamente los niveles de colesterol LDL (“malo”).

Si quieres evitar problemas cardiovasculares, es más importante disminuir el consumo de grasas saturadas, presentes en las carnes rojas, manteca, tocino, embutidos, grasas trans, mantequilla.

Conclusión

Mi recomendación es no tenerle miedo a este alimento, sino al contrario incluirlo como un ingrediente saludable en la dieta. Aunque existen casos particulares en los que su consumo debe limitarse (en ciertas enfermedades, por ejemplo), en términos generales podemos comer huevo en la cantidad o con la frecuencia con la que consumimos otros alimentos.

Tal y como lo indica el Plato del Bien Comer: debemos diversificar la dieta, entre mayor variedad de alimentos consumamos, mayor variedad y calidad de nutrimentos tendremos.

Fuentes

  • Huevo fresco de gallina: ¿Qué fue primero el sabor o la nutrición? Revista del Consumidor. Noviembre 2012.

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