Mitos y realidades del sodio

Para comenzar, es importante aclarar, que sal y sodio no son sinónimos, el sodio es el nutrimento y la sal el alimento, es decir el sodio es parte de la sal y de los alimentos.

Sal: o cloruro de sodio, es un mineral que en su estado natural se encuentra en el agua de mar, en depósitos subterráneos o en la superficie de la tierra. Está compuesta por 40% de sodio y 60% de cloruro. Desde la antigüedad ha sido clave para el ser humano. En China en el siglo XVII A.C. se tiene constancia de su uso. En Europa, en los tiempos del Imperio Romano, se crearon rutas específicas para la distribución del preciado condimento. Tal ha sido siempre su importancia que incluso llegó a ser la divisa con la que se pagaba a los trabajadores. En español, la palabra salario viene del latín ‘salarium’, que a su vez procede de ‘sal’.

Sodio: es un electrolito. Está presente en la sal y de forma natural en todos los alimentos tanto de origen animal como vegetal. Este nutriente es fundamental para el funcionamiento del cuerpo, pues regula el contenido de agua que se encuentra dentro y fuera de las células, tiene un papel fundamental en la transmisión del impulso nervioso, participa, en la contracción muscular, el equilibrio ácido-base, la absorción de nutrientes por las células, para controlar la presión arterial y el volumen de la sangre.

¿La sal “engorda”?

¡NO! La sal no aporta calorías, pero en exceso favorece la retención de líquidos, lo que puede llevar a elevar la presión arterial y agravar el estado de salud en personas con insuficiencia cardiaca, renal o cirrosis.

¿El sodio es malo?

Con moderación ¡NO!, el cuerpo lo necesita para controlar la presión arterial y el volumen de la sangre, además ayuda a que los músculos y nervios funcionen apropiadamente.

¿Sólo la sal tiene sodio?

¡NO! El sodio también se añade a diversos productos industrializados de diferentes formas: glutamato monosódico, nitrito de sodio, sacarina de sodio, bicarbonato de sodio, benzoato a sodio. ¡OJO! La sal añadida a alimentos procesados contribuye aproximadamente al 80% del consumo total de sal.

Sodio: ¿estás consumiendo demasiado?

En México el consumo promedio de sodio es de 4400 miligramos al día (11 gramos de sal), cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda limitarlo a:

  • 2,300 mg de sodio (más o menos 1 cucharadita) por día si eres una persona sana.
  • 1,500 mg de sodio (más o menos ½ cucharadita) por día si tienes hipertensión arterial, diabetes o enfermedad renal (riñón).

Si consumes muchos alimentos procesados, comida rápida, embutidos (tocino, jamón, salchicha), lo más seguro es que la respuesta sea SÍ. Si este es tu caso, empieza por cambiar algunas elecciones a lo largo del día:

  • Come más alimentos frescos y menos productos que vengan empacados.
  • Lee las etiquetas de los alimentos y elige alimentos sin el sello de EXCESO DE SODIO.
  • Retira el salero de la mesa, sobre todo si tienes el mal hábito de añadirle sal a los alimentos incluso antes de probarlos.
  • Limita el uso de condimentos que contengan sodio. ¡Los consomés de cubito son los peores!
  • Elimina la sal de las recetas cuantas veces sea posible, en su lugar utiliza especias como pimienta, hierbas de olor, ajo, cebolla, perejil, cilantro, etc
  • Consume pollo, pavo, pescado y carne magra en vez de enlatados o procesados.
  • Si comes fuera de casa, evita agregar sal.
  • Pon atención a los términos del menú que pueden significar un alto contenido de sodio: encurtidos, ahumados.
  • Considera que muchos alimentos son altos en sodio, aunque no tengan sabor salado, como, por ejemplo: Alimentos enlatados (vegetales, sopas, frijoles), snacks salados (papas fritas, galletas saladas, fideos instantáneos), embutidos (tocino, salchichas, carnes frías), salsa tipo catsup, mayonesa y aderezos para ensaladas, así como alimentos preparados y empacados (alitas, pizza, burritos).
  • Prefiere preparaciones de alimentos hechas en casa.

Lenguaje de la etiqueta: ¿Qué quiere decir?

  • Reducido en sodio: Por lo menos el 25% o menos de sodio que el producto original
  • Bajo en sodio: 140 mg o menos de sodio por porción.
  • Muy bajo en sodio: Menos de 35 mg de sodio por porción.
  • Sin sodio: Menos de 5 mg de sodio por porción.
  • Sin sal añadida o sin sal: No tiene sal añadida, pero no precisamente está libre de sodio.

 Recuerda: Tu cuerpo te necesita y tú lo necesitas a él ¡Cuídalo!

Fuentes

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