Dieta paleo: la más buscada en Google

La dieta Paleo se basa en la premisa de que al seguir los hábitos alimenticios de nuestros antepasados, es posible reducir el riesgo de enfermedades modernas como el cáncer, la diabetes y las enfermedades del corazón. ¿Conviene seguirla?

La dieta paleo se componen principalmente de carne, pescado, frutas, verduras, semillas y raíces. Excluye granos como el maíz, trigo, arroz; leguminosas como frijoles, lentejas, habas; productos lácteos como leche, yogurt y queso; sal, azúcares refinados y aceites procesados.

dieta paleo

Fundamentos: Adaptación genética

Se basa en el supuesto de que la dieta moderna no está adaptada genéticamente para nuestra especie, en otras palabras, que nuestros genes no han evolucionado más allá de 40,000 años, mientras que la forma de alimentarnos ha cambiado por completo, sobre todo a partir del desarrollo de la ganadería y la agricultura en el Neolítico.

Realidad: Creer que no hemos cambiado desde hace 40,000 años, es una visión demasiado simplista, aseguran los expertos. Estudios recientes muestran claramente que el hombre ha seguido evolucionando después del Paleolítico y durante el Neolítico, incluso a gran velocidad. Un ejemplo de un cambio genético en los últimos 10,000 años es la tolerancia a la lactosa, en el Paleolítico todos eran intolerantes, sin embargo, con el inicio de la ganadería, aquellos humanos que pudieron consumir productos lácteos sin molestias empezaron a beber leche de vaca, lo que les dio una ventaja evolutiva, ya que tenían una fuente adicional de comida. Así que ellos sobrevivieron y transmitieron a sus hijos la variante genética que tolera la leche. Como éste hay otros ejemplos…

¿Durante 2 millones de años sólo hubo un tipo de alimentación?

Recordemos que el Paleolítico es el período más largo de la existencia del ser humano (de hecho abarca un 99% de la misma) y se extiende desde hace unos 2,85 millones de años hasta hace unos 12,000 años. En estos años el clima varió considerablemente (variaciones en la inclinación del eje de rotación de la Tierra, cambios en la órbita terrestre, ciclos polares…). Según un artículo publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, la Dieta Paleo no correspondería en absoluto a lo que comían nuestros antepasados. Algunos eran herbívoros y la caza fue probablemente sólo predominante en las poblaciones que vivían en altitudes elevadas. Por otra parte, los hombres prehistóricos no tenían la libertad de elegir lo que comían, comían lo que estaba disponible, que por supuesto, variaba considerablemente de un lugar a otro, y de un momento a otro de los años.

Fundamentos: Menos enfermedades

Los seguidores de esta dieta aseguran que las enfermedades llegaron hasta después de la agricultura y la ganadería, también explican que los esqueletos del Paleolítico no tienen ningún rastro de osteoporosis, a diferencia de los que supuestamente pertenecen al Neolítico.

Realidad: ¿Estas observaciones son suficientes para decir que el hombre paleolítico era más saludable? Lo dudo, el problema es que la mayoría de las enfermedades modernas aparecen sólo en las personas de edad avanzada y rara vez en los individuos jóvenes. Por lo tanto, no podemos comparar a los homínidos del Paleolítico que rara vez vivían más de 25 años contra la esperanza de vida actual que rebasa los 70 años (principalmente debido a los avances en la medicina, por supuesto). Esto no quiere decir que ahora podamos presumir de ser sanos, el hombre actual es más obeso que nunca, pero ¿la solución está en volver a la Edad de Piedra? Para Jean-Louis Amselle, antropólogo, la respuesta es no: “Hoy en día, los ecosistemas y los paisajes no tienen nada que ver con los experimentados por nuestros antepasados paleolíticos, existen miles de millones de animales apilados en granjas industriales para satisfacer la demanda mundial excesiva de carne, si fomentáramos aún más el consumo de carne resultaría muy caro y degradaría aún más el medio ambiente”.

Pros y contras

Desde mi punto de vista, la dieta Paleo resultaría beneficiosa contra el riesgo de algunos trastornos metabólicos y cardiovasculares, pero no todo el mundo puede beneficiarse. Es buena en el sentido en que fomenta un mayor consumo de frutas y verduras y evita el consumo de alimentos empacados llenos de azúcar y sal, sin embargo, tiene otras desventajas, resulta deficitaria en algunos nutrimentos, incluida la fibra, el alto precio de seguirla y la poca adherencia. Imaginen una zona rural donde la gente no pudiera comer tortillas, arroz ni frijoles…

Por otro lado, las dietas que empiezan con grupos de alimentos “a excluir” no son de mi especial devoción, yo creo que no debería de existir el término “prohibido” ni “permitido”, hay que procurar comer más natural y menos industrializado, pero sin la necesidad de etiquetar una dieta como «paleo» o «sin gluten» porque eso limita que podamos disfrutar de muchos placeres de la vida, una rica rebanada de pastel en nuestro cumpleaños, de un helado en un día caluroso, de unas enchiladas en casa de la abuela, de una pizza si vamos a Italia…. Para llamar a una dieta como correcta, no sólo debe ser suficiente, equilibrada, variada, inocua y completa, también debe ser adaptada a los gustos y costumbres.

Fuentes

  • Las dietas más buscadas en Google: ¿Están a la altura de la publicidad que se les hace? www.hablemosclaro.org
  • Osterdahl M, et al. Effects of a short-term intervention with a paleolithic diet in healthy volunteers. Eur J Clin Nutr. 2008; 62(5):682-5.
  • Frassetto LA, et al. Metabolic and physiologic improvements from consuming a paleolithic, hunter-gatherer type diet. Eur J Clin Nutr. 2009; 63(8):947-55.
  • Régime Paléo: faut-il revenir à l’alimentation de nos ancêtres?www.passeportsante.net

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