Síndrome de Intestino Irritable (SII)

Es la condición clínica más frecuentemente diagnosticada en el área clínica, cuyos síntomas no pueden ser explicados por causas orgánicas, metabólicas ni infecciosas.

¿Qué es?

Se define como un trastorno funcional crónico y recurrente, caracterizado por dolor o malestar abdominal, asociados con alteraciones del hábito intestinal y síntomas gastrointestinales, como cambios en la frecuencia y/o consistencia de las evacuaciones. Hasta el momento ha sido catalogado como un padecimiento incurable que afecta gravemente la calidad de vida de las personas que lo padecen.

La prevalencia del SII en nuestro país varía entre el 3.3% y el 13.6%, afectando principalmente a mujeres, 2.4% en mujeres vs 1.4% en hombres.

¿Qué lo causa?

Aunque la base fisiopatológica de este trastorno no está plenamente establecida, se han propuesto varios factores implicados:

  • Alteraciones en la motilidad intestinal,
  • Hipersensibilidad visceral,
  • Alteraciones psicológicas y estrés
  • Mecanismos inflamatarios y postinfecciosos.
  • Factores genéticos y ambientales
  • Sobrecrecimiento bacteriano

Los siguientes factores se han asociado con un empeoramiento de los síntomas:

  • Comidas abundantes
  • Inflamación por gases en el colon
  • Algunos medicamentos
  • El consumo de trigo, centeno, cebada, chocolate, productos lácteos o alcohol
  • Bebidas con cafeína como el café, el té o bebidas de cola
  • Estrés, conflictos o desengaños emocionales

El Síndrome de Intestino Irritable, desde 1999, se determina mediante el uso de los criterios de Roma II, los cuales engloban una serie de síntomas que permiten establecer un diagnóstico.

Signos y síntomas

Las manifestaciones clínicas principalmente son:

  • Dolor o malestar abdominal
  • Diarrea
  • Estreñimiento
  • Distensión abdominal

¿Qué causa que una persona tenga SII y otra no?

“Nadie lo sabe”. Las investigaciones sugieren que las personas con SII tienen un intestino grueso (colon) más sensible y reactivo de lo normal a determinadas circunstancias, como ciertos alimentos y el estrés. El estrés psicológico agudo afecta la actividad motora y la percepción visceral, lo que explica por qué más de la mitad de los pacientes con SII relacionan los episodios de exacerbación de sus síntomas con situaciones estresantes.

¿Cómo afecta el estrés al SII?

La sensación de estrés, tanto a nivel emocional como mental, situaciones problemáticas o desbordantes o un simple enojo pueden estimular los movimientos del colon en las personas con SII.

El colon dispone de una amplia cadena de nervios que lo conectan con el cerebro. Estos nervios controlan las contracciones rítmicas normales del colon y causan molestias abdominales cuando se viven situaciones de estrés.

A menudo la gente nota retortijones o mareos cuando están nerviosos o preocupados. Pero con el SII, el colon puede reaccionar incluso al menor indicio de estrés.

El estrés también provoca que la mente esté concentrada en las sensaciones procedentes del colon y provocar que la persona estresada viva estas sensaciones de forma desagradable.

Para entender mejor esta relación cerebro-intestino, puedes leer este post. 

¿Cómo se trata?

Hasta el momento, no es posible curar el SII, sin embargo, la mayoría de las personas que lo padecen pueden controlar los síntomas modificando su alimentación, controlando el estrés y a veces es necesario el consumo de ciertos medicamentos.

Dentro de las principales acciones a realizar para tratar el SII destacan:

  • Realizar actividad física
  • Seguir una dieta equilibrada
  • Dieta de exclusión por algunas recetas (baja en FODMAPs)
  • Dedicar un tiempo suficiente y adecuado para la defecación
  • Dormir suficiente
  • Terapias y actividades para el manejo de estrés

Puntos clave a recordar:

  • Las personas con SII tienen un colon más sensible y que reacciona a estímulos que no molestarían a otras personas como podrían ser el estrés, comidas abundantes, gases, medicamentos, algunos alimentos, cafeína o alcohol.
  • El SII se diagnostica por sus síntomas y la ausencia de otras enfermedades.
  • Muchas personas pueden controlar sus síntomas cambiando su dieta, reduciendo el estrés o tomando medicamentos.
  • El SII no daña los intestinos y no provoca cáncer. No está relacionado con la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
  • No se conoce exactamente la causa del SII.
  • El SII está asociado a un alto gasto económico.

Fuentes:

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