Todo sobre las grasas trans

¿De dónde vienen? ¿Por qué evitarlas? ¿Qué alimentos las contienen? ¿Cómo evitarlas? ¡Todo sobre las grasas trans! #eligelomejor
¿De dónde vienen?
 
Hace algunos años, las grasas de origen animal como la mantequilla y la manteca eran las temidas por su alto contenido de grasas saturadas y colesterol, por lo que a la industria se le ocurrió la “genial idea” de sustituir esas grasas animales por grasas vegetales. Como el estado natural de las grasas vegetales es líquido (como los aceites de cocina), las tuvieron que someter a un proceso llamado hidrogenación para convertirlas en sólidas y asemejar su aspecto al de la mantequilla, apareciendo así la margarina.
 
Además de obtener la margarina, la industria de alimentos empezó a utilizar estas grasas para la elaboración de sus productos, ya que les salía más barato (incluso que la manteca de cerdo) y no se enranciaba fácilmente, lo que aumentaba la vida de anaquel.
 
¿Por qué evitarlas?
 
Porque al hidrogenar las grasas (un proceso no natural), el cuerpo no las reconoce y las detecta como si fueran saturadas, lo que las vuelve peligrosas para la salud:
  • Aumentan los niveles de colesterol LDL (malo) y disminuyen los niveles de colesterol HDL (bueno), además se adhieren a las arterias más fácilmente.
  • Se ha encontrado que quienes la consumen tiene 23% más riesgo de tener enfermedades del corazón.
  • Se han asociado al desarrollo de obesidad, enfermedades hepáticas, infertilidad y Alzheimer.
¿Qué alimentos las contienen?
 
Los alimentos industrializados, principalmente margarinas, galletas, pastelitos, palomitas de microondas, dulces, frituras, helados, mantequillas de cacahuate, comidas empacadas para microondas, fast-food.
 
En México las podemos encontrar en: Sabritas, Barcel, Maruchan, Coffe Mate, Marinela, Lonchibon, Donitas Bimbo, Tortillinas, cereales de caja, entre muchas otras.
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 ¿Cómo evitarlas?
  • No asumas que el producto no tiene si la etiqueta dice 0 grasas trans, ya que por ley las industrias pueden incluir hasta 0.5 gramos (por porción) y no declararlas.
  • Revisa etiquetas y asegúrate que en la lista de ingredientes no haya: aceite vegetal hidrogenado, aceite parcialmente hidrogenado ni manteca vegetal.
  • En lo posible, evita productos industrializados.
¿Dudas? ¡Escríbeme!
Recuerda… ¡Una buena alimentación, empieza con una buena elección!

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